Por Eduardo Raúl Balbi [1]
DE QUÉ HABLAREMOS:
Argentina y muchos otros países de la región latinoamericana sufren hoy el trágico impacto de las más diversas formas de inseguridad ciudadana. No nos detendremos en descripciones de cosas por todos conocidas. Pero el interrogante que nos angustia y al que intentamos encontrar respuesta es si este anormal estado de inseguridad ha venido para quedarse, o es posible reconvertirlo hacia una mejor y más contundente calidad de vida.
I. INTRODUCCIÓN: ACERCA DE UNA CONCEPTUALIZACIÓN BÁSICA DE SEGURIDAD
Mucho se ha escrito al respecto. Intentaremos una breve y parcial síntesis. Según nuestra lengua se define como “cualidad de seguro; certeza” (RAE, 2001). Según el diccionario de Oxford, seguridad es “ausencia de peligro o riesgo” (Oxford, 2020).
Otros estudios han recopilado la evolución y los alcances de este concepto general. Nos basaremos en lo comentado por Luis Felipe Dávila L. (Dávila, 2018) quien nos advierte que la antigua conceptualización acerca de que la seguridad era la “ausencia de amenazas”, argumentación que se ha modificado al enfoque actual en el que la noción de seguridad ha pasado a ser entendida como “la baja probabilidad de daño a valores adquiridos (Baldwin 1997, Salas Maturana, 2014, citados por Dávila)
También es preciso asentar que bajo el paraguas general de seguridad, conviven (y a veces, conflictúan) diversos enfoques de seguridad, como la seguridad nacional, la seguridad humana, la seguridad pública, la seguridad ciudadana (que es el tema de nuestro interés principal para este documento)
Deseamos argumentar que la seguridad debe ser vista, en todos los casos como un sistema complejo, abarcativo e integral, en el que los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) deben comprometerse, de la misma manera que la sociedad toda, en particular todo tipo de organizaciones sociales, la academia y los sistemas educativos, las fuerzas armadas y de seguridad, las empresas y actividades comerciales y de negocios, los medios y redes sociales y la sociedad en general y en todas sus expresiones.
II. ALGUNAS CONCEPTUALIZACIONES DE SEGURIDAD
¿QUÉ ES LA SEGURIDAD NACIONAL?
Por la claridad de su texto, hemos seleccionado el concepto de Seguridad Nacional de España, que expresa:
La Seguridad Nacional es la acción del Estado dirigida a proteger la libertad, los derechos y bienestar de los ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales, así como a contribuir junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en el cumplimiento de los compromisos asumidos.
Complementa esta definición con cuatro menciones específicas que tendrían el valor de verdaderos mandatos operativos. Estos son:
- Unidad de acción
- Eficiencia y sostenibilidad en el uso de los recursos
- Resiliencia o capacidad de resistencia y recuperación
- Anticipación estratégica
¿QUÉ ES LA SEGURIDAD CIUDADANA? (PNUD, 2013)
La seguridad ciudadana es el proceso de establecer, fortalecer y proteger el orden civil democrático, eliminando las amenazas de violencia en la población y permitiendo una coexistencia segura y pacífica. Se le considera un bien público e implica la salvaguarda eficaz de los derechos humanos inherentes a la persona, especialmente el derecho a la vida, la integridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de movimiento.
La seguridad ciudadana no trata simplemente de la reducción de los delitos sino de una estrategia exhaustiva y multifacética para mejorar la calidad de vida de la población, de una acción comunitaria para prevenir la criminalidad, del acceso a un sistema de justicia eficaz, y de una educación que esté basada en los valores, el respeto por la ley y la tolerancia.
La seguridad ciudadana es un elemento fundamental de la seguridad humana.
¿QUÉ ES LA SEGURIDAD HUMANA? (Balbi, 2003)
Es el conjunto de circunstancias y condiciones que brindan el ámbito organizacional y funcional social, político, económico, cultural y natural sustentable en el que cada individuo puede desarrollarse, crecer, vivir con calidad, procrear en concordancia con el crecimiento demográfico esperable, perseguir y lograr sus metas en equilibrio con ese ámbito.
Este ámbito le permite el ejercicio pleno de la libertad con responsabilidad, y le otorga la posibilidad de ser él en sí mismo, y a la vez pertenecer armónicamente a una sociedad integrada al mundo”.
III. EL FOCO DE NUESTRO ESCRITO
Nos centraremos en una de las seguridades mencionadas, la seguridad ciudadana. Y para ello, tomaremos con mucha precisión lo definido por PNUD. En la conceptualización presentada más arriba. Analizando dicha mención, vale rescatar el segundo párrafo de PNUD, que nos informa contundentemente lo siguiente:
La seguridad ciudadana no trata simplemente de la reducción de los delitos sino de una estrategia exhaustiva y multifacética para mejorar la calidad de vida de la población, de una acción comunitaria para prevenir la criminalidad, del acceso a un sistema de justicia eficaz, y de una educación que esté basada en los valores, el respeto por la ley y la tolerancia.
Es realmente contundente lo que marca este párrafo, en relación a que la anhelada seguridad ciudadana es mucho más que la persecución de delincuentes y transgresores. Y este es un aspecto que deseamos describir como uno de los mayores problemas conceptuales, doctrinarios y operativos actuales que terminan fallando estrepitosamente en la búsqueda de adecuados niveles de seguridad ciudadana.
En otras palabras, los cuerpos policiales dedicados casi con exclusividad a la persecución de delincuentes y de quienes tienen conductas infractoras, de la misma manera que los sistemas judiciales que solo consideran los delitos e infracciones debido a que son los que están codificados y tipificados en la normativa existente, generan una actitud absolutamente reactiva, sin el menor atisbo de esfuerzos de prevención y de gestión de riesgos.
IV. UN BREVE DIAGNÓSTICO
Entonces, es necesario compartir un breve diagnóstico acerca del tema de seguridad en general, y de seguridad ciudadana en particular. Nuestro análisis a lo largo y ancho de América Latina nos indica que:
- Existe en general una rigidez y una obsolescencia conceptual que dificulta realizar enfoques y tomar decisiones apropiadas al momento
- Se observa una amplia dispersión conceptual, que crea serios problemas de comprensión general y de trabajos conjuntos e integrados sobre muchos aspectos
- Se observa una suerte de sectorización o tratamiento particularizado, pero de ninguna manera integrado y visto como un sistema complejo pero coherente
- Se observa una amplia dispersión funcional, que genera serias dificultades en la gestión y operaciones, y compromete mal y seriamente el emplo de diversos recursos, con resultados pobres y que indican ineficiencia
- Se comprueba que la sociedad no se compromete con los esfuerzos de seguridad, no participa de los mismos, y genera exigencias permanentes, muchas de ellas imposibles de satisfacer.
- Por último en este listado, mencionamos que no existe una conducta ni actitud de firme responsabilidad sectorial con los esfuerzos de seguridad, tanto desde el sector público como desde el privado y desde todas las organizaciones sociales
V. LAS ACCIONES DE LOS SERES HUMANOS
Adolfo Critto (Critto, 1982) refiriéndose a las conductas humanas (tema cuya importancia es vital para el tratamiento de la conflictividad social) nos dice que el ser humano, desde tempranas edades, va grabando en su memoria y en su cerebro creencias de diverso sentido y contenido, que son de alguna manera adquiridas por dicha persona.
Luego nos informa que algunas de esas creencias pueden generar en la persona diversas motivaciones, que pueden crecer en su interior, y parte de dichas motivaciones podrían convertirse en reales intenciones.
Por último, algunas de las mencionadas intenciones, puedes ser llevadas a la práctica por ese actor, y así generar verdaderas acciones. En esta descripción secuencial de Critto es importante aceptar, según sus palabras, que lo único que podremos conocer con precisión son las acciones que el actor realice, pues toda la cadena secuencias de creencias, motivaciones e intenciones no se exteriorizan ni se comunican habitualmente, por lo que casi imposible detectarlas, conocerla.
En síntesis, podemos asentar desde nuestros análisis que:
- Las creencias, motivaciones e intenciones de cada actor no son conocidas, pero sin dudas, inducen comportamientos conductuales diversos.
- La cadena mencionada, que es el proceso incentivador de las acciones como expresión terminal de su secuencia, constituyen verdaderos y complejos fenómenos y motivadores conductuales de máxima importancia.
- Cuando estas creencias, motivaciones e intenciones son opuestas a los fundamentos, procesos y principios de la convivencia, pueden ser, sin dudas, la génesis de complejos procesos de conflictividad social y de conductas infractoras y delictuales hasta sun más perversos niveles.
- En otras palabras, no solo serán la génesis de delitos y contravenciones, sino también de todo tipo de violencia y del incremento de la conflictividad social.
Aparece entonces el dilema operativo y estratégico de avanzar hacia la prevención, o seguir tratando de reaccionar “como se pueda”. Y la decisión acerca de uno u otro enfoque, impactará contundentemente en las acciones de las fuerzas policiales y de seguridad, y en el proceso que lleva desde los parlamentos, como lugar donde se construyen y definen los sistemas de premios y castigos, hasta los sistemas judiciales que los aplican a la sociedad.
VI. DELITOS, INFRACCIONES Y CONFLICTIVIDAD SOCIAL
Un nutrido equipo de investigadores dirigido por el Dr. Remo F. Entelman en Argentina dio sus frutos con la publicación de la Teoría de Conflictos (Entelman, 2002) que aportó significativos conceptos a este campo del conocimiento. Para este documento, nos referiremos solo a unos pocos pero significativos datos que son muy pertinentes y deben conocerse. Los describiremos sintéticamente. En base a su profuso trabajo de análisis de casos de conflictividad (varios miles), se llegó a una serie de conclusiones trascendentes. Las principales son:
Los delitos e infracciones oscilan entre el 8 y el 20 % de la totalidad de las situaciones conflictivas en una sociedad.
Estos delitos e infracciones son atendidas, la mayoría de las veces reactivamente (ex post facto) por los cuerpos policiales y de seguridad y por la justicia. En general, no existen adecuadas y sólidas estrategias de prevención
La conflictividad social en sus más diversas formas y presentaciones, constituyen, por default de lo anterior, en el 80 a 90 % de todo el complejo procedo de conflictividad y violencia en sus más diversas expresiones.
No se observa un tratamiento orgánico y continuo de la conflictividad social, ni tampoco se conocen medidas adecuadas y oportunas para su atención y contención. Ni siquiera, se vislumbra una actitud reactiva organizada.
En nuestro país a este momento (mayo de 2022) se vislumbra una conflictividad social con fuerte incremento, con nuevas formas, expresiones y procesos, y como “caldo de cultivo” hacia el delito.
En otras palabras, se avizora un escenario hacia una crisis en incremento. Este escenario podría configurarse, en caso de mantenerse la tendencia, con algunas características como:
- Intensa conflictividad social descontrolada
- Aumento de delitos y contravenciones
- “Naturalización” de conductas violentas
VII. HABLANDO DE EDUCACIÓN
Este autor tuvo el privilegio de leer hace ya varias décadas, un libro escrito por dos sociólogos de la educación alemanes aproximadamente a mediados de los años 30 del Siglo XX. Lamentablemente, el libro fue facilitado a un lector que nunca lo devolvió, por lo que solo puedo aportar aquello que quedó registrado con gran impacto en mi memoria. Comentaré seguidamente dichos recuerdos.
Estos autores, que analizaron en esa época a la educación del mundo occidental, arribaron a una serie de conclusiones que a nuestro juicio, tienen total y brutal (si se nos permite usar ese término) pertinencia y actualidad. Decían, en pocas palabras:
En Occidente existen y conviven simultáneamente (pero no siempre integradamente) dos sistemas educativos:
- El sistema de educación formal que hoy podríamos definir por el sistema de enseñanza primaria, secundaria, técnica y universitaria (dicho esto en muy grandes y generales líneas)
- Lo que estos científicos llamaron (en la traducción de su libro al español) la transmisión de cultura, que es el proceso de enseñanza-aprendizaje que de manera natural se realiza en el hogar, en la Iglesia, en el club, en la parroquia, en la barriada, en la cercanía.
Luego de diversos comentarios y explicaciones, llegaban a una conclusión muy dura que es la que nos interesa sobremanera. Decían los autores que so la transmisión de cultura fallaba, se degradaba, mutaba, o perdía consistencia, no existía sistema formal de educación que pudiese reemplazarla.
Frente a este postulado, y a la creciente demanda de “educación” como herramienta de contención de la inseguridad ciudadana, aparece la desafiante demanda de saber si exigiremos más educación al sistema formal de educación, o deberíamos responsablemente, analizar cómo recuperar la transmisión de cultura perdida, y que en muchos casos ha sido corrompida y transformada en una suerte de “cultura social” perversa
A nuestro juicio, aquí tenemos uno de los mayores desafíos en tiempos actuales que debemos encarar y resolver.
VIII. A MODO DE EPÍLOGO: IDEAS SOBRE SEGURIDAD CIUDADANA
Mencionaremos seguidamente algunas ideas que han surgido del trabajo de campo en este tema, y que consideramos deben ser tomadas en cuenta. En esta dirección, la Seguridad ciudadana (SC):
- Es una responsabilidad compartida
- Exige gobiernos comprometidos
- Requiere una sociedad comprometida
- Necesita imperiosamente a los Poderes Legislativo y Judicial comprometidos
- Demanda trabajo Inter agencial integrado y coordinado
- Demanda también una transformación cultural integral y profunda
- Debe analizar y solucionar falencias del corpus jurídico y protocolos de actuación
- Requiere nuevas metodologías de análisis
- Debe realizar los análisis de complejos fenómenos sociales
- Debe utilizar el enfoque de “sistemas blandos”
- Debe poner su foco principal en las conductas adecuadas
- Debe reconocer que delitos e infracciones son conductas inadecuadas
- Sus esfuerzos deben orientarse hacia las “buenas costumbres”
- Debe alcanzar, mantener y asegurar una anticipación estratégica continua
- Debe saber interpretar la complejidad, interacción humana, incertidumbre y transformación
- Debe orientarse hacia la prevención y gestión de riesgos
- Debe asegurar obtener el conocimiento de las causas
BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
a.Seguridad Nacional España, extraído del sitio
https://www.dsn.gob.es/es/sistema-seguridad-nacional/qu%C3%A9-es-seguridad-nacional
b.PNUD seguridad ciudadana, ver el sitio
c.Dávila Luis Felipe, Conceptos y Enfoques de Seguridad, extraído del sitio
https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2015/01/doctrina40562.pdf
d.Entelman, Remo “Teoría de Conflictos”, Editorial GEDISA, Madrid, 2002
e.Critto, Adolfo, “El Método científico en las Ciencias Sociales”, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1982
f.Balbi, Eduardo, “Informe Final de Seguridad Humana” publicado digitalmente en redes, 2004
[1] Eduardo Raúl Balbi, argentino, es Maestro en Relaciones Internacionales y Diplomado en Estrategia y en Metodología de Estudios Prospectivos. Con larga experiencia académica y de asesoramiento y consultoría en América Latina, ha diseñado más de una docena de métodos de planeamiento estratégico prospectivo y para otras aplicaciones relacionadas. Es Capitán de Fragata de Infantería de Marina Argentina en situación de retiro, y ha sido funcionario y parte de diversos organismos públicos y privados e internacionales. Fundador de Anticiparse.Org y del Instituto Internacional de Anticipación Estratégica IIAE.